Comisión Europea incluyó en la lista verde a la energía nuclear y el gas natural en la categoría de energías de transición

Comisión Europea incluyó en la lista verde a la energía nuclear y el gas natural en la categoría de energías de transición

Fecha publicada: 11 Febrero, 2022

La Comisión Europea generó un repentino golpe de corriente en el futuro de la energía y el mercado financiero de Europa. Esto, tras la publicación de la taxonomía europea, la nueva lista verde que indicará si los dineros de los empresarios y financieros van a parar a inversiones sostenibles y así aportar en la transición medio ambiental.

La polémica se desató luego que la Comisión Europea incluyera en la lista a la energía nuclear y al gas natural dentro de la categoría de energías de transición. Esto desató duras críticas desde las organizaciones ecologistas, así como en grupos de inversionistas y de algunos Estados miembros de la Unión Europea, como España, cuyo gobierno considera que esta clasificación “no tiene sentido y que manda señales erróneas para la transición energética en el conjunto de la UE”.

Incluso, un grupo de expertos que asesoró a la Comisión Europea en la construcción de la lista rechazó la consideración como verde a la energía nuclear y el gas natural, y se mostraron “profundamente preocupados” por las consecuencias medioambientales que tendría dicha alternativa energética.

Para la directora ejecutiva de Acera, Ana Lía Rojas, “El debate por el desarrollo de la energía nuclear en Chile y el mundo ha sido extenso, y si bien sabemos que en el proceso de generación no produce emisiones, esto no la absuelve de todas las otras consecuencias que implica instalar una planta de este tipo”.

Luego, agregó que la energía nuclear “no produce emisiones (…), es cierto, pero sí hay complejidades y riesgos en el proceso de extracción del uranio que produce gases de efecto invernadero, y a la eliminación de los residuos radiactivos que implica para los países con unidades nucleares de generación la búsqueda de un depósito final de residuos que ocupará a varias generaciones, y que costará miles de millones de dólares”.

Consultada sobre le gas natural, la economista, dijo que “el uso del gas natural en el transporte y la generación de energía eléctrica reduce en cerca de un 100% el material particulado fino y óxido de azufre, en un 96% las emisiones de CO2 y en más de un 75% las emisiones de óxido de nitrógeno.

Mientras se desarrolle el debate, tanto en Chile como en el mundo, en Europa ya arrancó el periodo de cuatro meses, prorrogables por otros dos más, durante el cual una mayoría considerable de países y europarlamentarios podrían vetar la nueva norma, algo en absoluto descartable, frente a la profunda división que causó la nueva lista verde de taxonomía europea.

Rápidamente, añadió que “aún a pesar de los mejores indicadores de emisiones que tiene respecto del carbón, desde ACERA tampoco podríamos considerarlo una energía limpia o verde, pero si es una energía que permitirá en los próximos años reemplazar carbón y disminuir los aportes de emisiones del sector eléctrico, mientras se desarrolla, construye y se implementa un sistema eléctrico 100% renovable y carbono neutral, y las tecnologías habilitantes que permitan la inserción de éstas en el sistema eléctrico”.

La directora ejecutiva, también se refirió a la reacción de los mercados financiero. Sobre ello dijo que “tras la decisión de la UE, será importante la reacción de los inversionistas y mercados financieros para ver si realmente apostarán por la nuclear. La mayoría de los grandes fondos ya se han retirado del carbón, por lo que muy probable que la nuclear tampoco logre atraer el financiamiento que requiere, por ser activos que requieren de una alta gestión de riesgos económicos ambientales, comunitarios y técnicos, que los fondos quieren evitar”.

Mientras se desarrolle el debate, tanto en Chile como en el mundo, en Europa ya arrancó el periodo de cuatro meses, prorrogables por otros dos más, durante el cual una mayoría considerable de países y europarlamentarios podrían vetar la nueva norma, algo en absoluto descartable, frente a la profunda división que causó la nueva lista verde de taxonomía europea.

Compartir noticia por redes sociales