Hidrógeno Verde: No perdamos el liderazgo global

Hidrógeno Verde: No perdamos el liderazgo global

Johan Dreyer, presidente H2 Antofagasta

Fecha publicada: 13 Septiembre, 2022

El hidrógeno verde es el tema de moda en Chile y el mundo. El “combustible del futuro” ofrece una oportunidad única, de esas que se dan una vez por siglo, de reordenar el ajedrez geopolítico entre productores y consumidores de energía a nivel global.

Los combustibles fósiles están llegando al ocaso de su atractivo económico para la sociedad moderna, no solo por su responsabilidad directa en el cambio climático, sino mas bien por su alta concentración geográfica en un puñado de países productores, de los cuales gran parte están bajo regímenes poco o derechamente antidemocráticos. Esta vulnerabilidad de la economía global quedó de manifiesto con la guerra en Ucrania, siendo los recortes de gas ruso uno de los principales responsables de la inflación galopante en Europa y el mundo.

El hidrógeno verde, al requerir únicamente sol, viento y agua para su producción, ofrece no solamente una alternativa de combustible limpio, sino también un suministro descentralizado geográficamente, lo cual ofrece un mercado futuro con mayor liquidez y menor riesgo de volatilidad de precios que impacten a la economía global.

Precisamente Chile cuenta con el privilegio de tener el mejor sol del mundo en Atacama y el mejor viento en la Patagonia, factores claves para independizarse energéticamente y liderar el mercado de exportación de hidrogeno verde y sus derivados durante las próximas décadas.

Pero no nos podemos dormir en nuestros laureles, estamos lejos todavía de haber consolidado la industria y la competencia es fiera, con potencias como Australia, Arabia Saudita, Canadá, Emiratos Árabes y Estados Unidos invirtiendo varios ordenes de magnitud más que Chile en el desarrollo de sus proyectos, infraestructura, regulaciones, subsidios y acuerdos con potenciales socios comerciales en Europa y Asia.

Si bien es cierto la cartera de proyectos en Chile es potente y competitiva a nivel mundial, la incertidumbre política imperante en 2022 tanto por el plebiscito como por el cambio de ministro de energía, poco han ayudado a dar certeza al mercado para seguir inyectando recursos en proyectos chilenos, y mas bien han frenado el impulso que se traía desde la era Jobet.

Sin embargo, la apuesta por Pardow puede darle resultados positivos al gobierno. En un ministerio cada vez mas estratégico para la economía nacional, es clave tener un ministro de perfil mas político que técnico, que se mueva hábilmente entre el Congreso y la industria, logrando por un lado hacer pasar regulación habilitante, y por el otro, atraer y facilitar nueva y mayor inversión en los múltiples proyectos en marcha. ¿Tendrá el ministro Pardow esté perfil? Ojalá.

Hay que ser pragmático, coordinar a las agencias del estado que tramitan los permisos y subsidios, ir a terreno en Antofagasta y Magallanes, trabajar con todos los actores del ecosistema regional y actualizar la hoja de ruta nacional del hidrogeno verde, pero esta vez desde abajo hacia arriba, integrando de forma prioritaria las necesidades de las regiones en cuestión y entregando un modelo de desarrollo que beneficie al ecosistema en su conjunto.

Si esto no se hace pronto y con una postura clara desde Santiago, puede que a Chile se le pase la micro del hidrogeno verde, como ya nos está pasando con el litio, donde perdimos el liderazgo global que teníamos hace una década por la falta de una política de Estado que fomentase el desarrollo sustentable de nuevos proyectos. No hay tiempo que perder y la industria está a disposición para potenciar acuerdos y fijar metas claras.

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